Severiano Ballesteros tuvo una visión: el famoso golfista español quería crear un campo que complaciera a todos los jugadores, independientemente de su hándicap. Lo ha conseguido con este campo de 18 hoyos. Los principiantes encontrarán numerosos retos en un recorrido inicialmente llano y más tarde ligeramente ondulado. Y los golfistas experimentados tienen muchas oportunidades de perfeccionar su técnica y jugar algunos hoyos sensacionales. El desafiante recorrido, con sus obstáculos de agua, se integra armoniosamente en el paisaje y ofrece una magnífica vista del río Guadiana. Las instalaciones incluyen una casa club, un bar y un carrito de bebidas.